Reflexión

  14 Y así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así también es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, 15 para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.

De tal manera amó Dios al mundo
16 »Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. 17 Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. 18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. 19 Y ésta es la condenación: que la luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no se acerca a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 21 Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que sea evidente que sus obras son hechas en Dios.»

Reflexion:

Este Evangelio destaca la importancia de la fe y es muy consolador. Todos los que creemos en Jesús, que murió y resucitó para nosotros, tienen la vida eterna. Dios envió a su Hijo al mundo para que pudiera ser salvado, y no para condenarlo. Jesús es la clave de la salvación.

Todas las bendiciones que anhelamos están contenidas en Cristo. Somos proclives al error y al pecado. Pero la misericordia y bondad de Dios hacia nosotros siempre nos rescata.

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