Había una vez una niña llamada
Estrella que quería cambiar el mundo, pero no sabía cómo. Ella constantemente
se preguntaba ¿cómo eso era posible? o ¿cómo lo podría lograrlo?, Incluso no se
dio cuenta que ella podía brillar, aportando con grano de arena porque así es
como se empieza. Se propuso así misma encontrar una actividad que sea de un
valor increíble. Observando a su mamá que es su inspiración, decidió seguir sus
pasos en lo cual fue su inspiración para realizar un mini biohuerto en su casa.
Tuvo sentimientos encontrados porque al principio le costaba adaptarse a la
nueva actividad, pero finalmente aprendió de ella. Se atrevió hacer cosas que
pensaba que nunca podía lograr. Aquel día que vio su primer resultado de su
proyecto, se sintió tan orgullosa de ella misma porque además hizo que los
miembros de su familia participaran de ella. Los integrantes de su familia le
dieron nuevas ideas para agregarle a su proyecto como: pintar las macetas y
crear otras con cosas recicladas... eso significó que a su familia también le
importaba lo que ella inició poco a poco. Se planteó y se propuso lograr nuevos
objetivos personales aprendiendo de las adversidades que se cruzaba, tras haber
reflexionado sobre su proyecto se dio cuenta que también las cosas aprendidas
las aplicaba en su vida cotidiana, al convertir ese proyecto en una actividad
en familia. De esta manera planificó nuevas actividades como agrandar el
biohuerto. Su familia la apoyo, puso en la felicitaron porque se dieron cuenta
que tras la crisis que globalmente estamos pasando era necesario valorar las cosas
y no desperdiciar nada, entre otros como: La responsabilidad de los alumnos a
la hora de cultivar su propio alimento les proporciona ilusión y aprendizaje. Favorece
la alimentación sana y equilibrada, sin uso de productos químicos. Se potencia
el cultivo de productos autóctonos y de acuerdo con la época del año. Tener un
huerto en casa es un incentivo para comer más verduras en la alimentación
diaria y que toda la familia sepa lo importante que es comer este tipo de
alimentación y lo fácil que puede ser cultivarlos en casa. En consecuencia,
todo esto fui aprendiendo porque la vida es un continuo ejercicio de
superación. Todos queremos alcanzar la máxima felicidad posible, y sabemos que
esta pasa por lograr ser mejores personas, pero solemos fallar al enfocar
nuestras decisiones vitales. Sin darnos cuenta las cosas más simples nos hacen
felices, como esos momentos inolvidables en familia que he ido recolectando al
transcurso de mi proyecto CAS. Si nos
llena lo que hacemos, seremos más felices, y esta felicidad se contagiará a
nuestro entorno, eso fue lo que le paso a Estrella que al principio tuvo miedo,
pero finalmente logro todo lo que inicialmente se propuso hacer.
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