Reflexion Semanal

El asertividad es una estrategia de comunicación que permite defender nuestros derechos y expresar nuestra opinión de manera libre y clara desde el respeto propio y ajeno.


¿Qué caracteriza al estilo comunicativo pasivo?

La persona pasiva muestra escasa ambición, pocos deseos y principios. Defiende a los demás, pero no defiende sus intereses personales. El comportamiento que habitualmente observamos viene caracterizado por un tono de voz bajo, un habla poco fluida y la evitación del contacto ocular.

La persona sumisa denota una importante inseguridad sobre el propio discurso (“lo que pueda decir no es importante”) y su figura en relación a los otros (“no participo para no molestar”), al mismo tiempo que manifiesta frecuentes quejas a terceros (“esta persona no me entiende”). Los sentimientos más recurrentes de la persona pasiva están relacionados con la impotencia, la culpabilidad, la frustración, y la baja autoestima.

 

¿Y qué caracteriza al estilo comunicativo agresivo?

La persona agresiva defiende en exceso los derechos e intereses personales sin tener en cuenta los de los demás (en ocasiones, no los tiene en cuenta, otras, carece de habilidades para afrontar ciertas situaciones). El comportamiento que a menudo observamos desde este estilo comunicativo es un tono de voz elevado, un habla tajante, un ritmo de conversación rápido y precipitado, un contacto ocular retador, y una clara tendencia al contraataque.

Algunos de los pensamientos que puede presentar la persona agresiva son: “lo que tú pienses no me interesa, únicamente importo yo”, “no cometo errores”, “la gente debería ser como yo”, etc. La ansiedad creciente, la soledad, la culpa, la sensación de falta de control, la frustración y la baja autoestima son sentimientos que están íntimamente ligados.





Comentarios